De acuerdo con el Banco Mundial en 2018 sólo el 89.59% de la población mundial tenía acceso a la electricidad y el 97.26% de las personas vivían en áreas urbanas, en México se reporta el 100% de acceso a la electricidad. Sabemos que el acceso a la electricidad es solo una variable para conocer la pobreza energética (PE), ya que un hogar se encuentra en PE cuando sus habitantes son incapaces de obtener servicios energéticos adecuados. Actualmente existen diferentes metodologías para medir la PE, el índice multidimensional de pobreza energética (MEPI) desarrollado por Nussbaumer et al., ha sido utilizado exitosamente en África y en América Latina. MEPI está formado por cinco dimensiones: cocina, iluminación, electrodomésticos, entretenimiento y comunicación. Desafortunadamente, uno de los aspectos energéticos más importantes en los hogares, es el confort térmico, y esta dimensión no la considera el MEPI. De hecho, el confort térmico es uno de los aspectos principales con que se ha medido la PE en otras partes del mundo. Basándonos en la estructura del MEPI, se desarrolló el índice multidimensional de deprivación energética (MEDI) que considera el confort térmico como una dimensión más y toma un condicional que es la temperatura de la región. El cálculo se realizó sobre viviendas urbanas a nivel estatal y bioclimático, para tener una mejor visión del confort térmico en el país. Se encontraron diferencias relevantes entre MEPI y MEDI (MEPI-Urbano = 0.028 vs MEDI-Urbano = 0.071, lo que implica un grado mayor de pobreza energética en este último, ya que un valor de 1, es la pobreza energética total en ambas mediciones), así como en las regiones bioclimáticas. Medir la pobreza energética en el contexto urbano ayuda a entender y mejorar las políticas públicas que sean necesarias para aliviar este problema.
- PLANTILLA-ABSTRACT-XLV-SNES_TRB-f4dbec15
- Oral
- Karla Graciela Cedano Villavicencio
- PLANTILLA-ARTICULO-EN-EXTENSO_TRB-94fdfe97
El resumen muestra un trabajo muy interesante en el campo de investigación de la pobreza energética. Dentro de este contexto, y con la finalidad de evaluar el resumen de manera adecuada, le solicito que incluya de manera explícita el o los objetivos del trabajo así como las conclusiones más importantes. Adicionalmente, mencionar la fuente o fuentes de datos necesarias para realizar el cálculo.
Muchas gracias por los comentarios, si el trabajo es aceptado en el extenso se pondrán los detalles que mencionan, sin embargo proponemos una versión nueva del resumen que dejo aquí mismo.
De acuerdo con el Banco Mundial en 2018 sólo el 89.59% de la población mundial tenía acceso a la electricidad y el 97.26% de las personas vivían en áreas urbanas, en México se reporta el 100% de acceso a la electricidad. Sabemos que el acceso a la electricidad es solo una variable para conocer la pobreza energética (PE), ya que un hogar se encuentra en PE cuando sus habitantes son incapaces de obtener servicios energéticos adecuados. Actualmente existen diferentes metodologías para medir la PE, el índice multidimensional de pobreza energética (MEPI) desarrollado por Nussbaumer et al., ha sido utilizado exitosamente en África y en América Latina. MEPI está formado por cinco dimensiones: cocina, iluminación, electrodomésticos, entretenimiento y comunicación. Desafortunadamente, uno de los aspectos energéticos más importantes en los hogares, es el confort térmico, y esta dimensión no la considera el MEPI. De hecho, el confort térmico es uno de los aspectos principales con que se ha medido la PE en otras partes del mundo. El objetivo de este trabajo es el desarrollo de el índice multidimensional de deprivación energética (MEDI) que considera el confort térmico como una dimensión más y toma un condicional que es la temperatura de la región, partiendo de la estructura del MEPI. El cálculo se realizó sobre viviendas urbanas a nivel estatal y bioclimático, para tener una mejor visión del confort térmico en el país, se utilizaron datos de la encuesta ENIGH (Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares, 2018). Como resultados relevantes se encontraron diferencias entre MEPI y MEDI (MEPI-Urbano = 0.028 vs MEDI-Urbano = 0.071, lo que implica un grado mayor de pobreza energética en este último, ya que un valor de 1, es la pobreza energética total en ambas mediciones), así como en las regiones bioclimáticas. Concluimos que el medir la pobreza energética en el contexto urbano ayuda a entender y mejorar las políticas públicas que sean necesarias para aliviar este problema.
El artículo presenta un trabajo interesante referente a la investigación sobre pobreza energética. En este sentido, tengo algunos comentarios sobre el formato y otros más sobre la metodología seguida. Sobre los primeros, la mayoría de los párrafos no tienen sangría; las tablas 1, 2 y 3 tienen todas distintos formatos; el título de la tabla 1 está en inglés; y finalmente, el corchete de la de referencia [7] está mal colocado.
Respecto a la metodología, se indica que hay un corte para clasificar a las personas energéticamente pobres, ¿cuál es el corte k que se utiliza para medir MEPI y MEDI? Por otro lado, no se menciona cómo la temperatura y las regiones bioclimáticas se utilizan para determinar los electrodomésticos para confort térmico, lo cual creo, es una de las contribuciones principales del artículo.